Isla de Olkhon y Lago Baikal 13-04-2010
Hace frío, hace mucho frío, el agua para el aseo hay que cogerla con cazos de unos bidones, me ha tocado compartir habitación con Rob el Superroncador, olvidé los tapones para los oídos en el macuto grande que espera en Irkustk, pero todo eso me importa un comino, estoy en uno de los lugares más especiales que he conocido en mi vida y lo estoy disfrutando al máximo.
Esta mañana me he levantado a las 8 y media y como el desayuno no empieza hasta las 9 me he ido a dar una vuelta por el lago, al salir del hostel me ha empezado a seguir un perro jovencillo y al poco se nos han unido otros dos.
Aquí junto al poblado una gran roca se adentra en el lago, junto a ella la carcasa oxidada de un viejo barco se asienta sobre el hielo y dando un paseo he bordeado por el hielo la Roca del Shaman, escoltado por mis amigos que me precedían o seguían a su antojo. Probablemente no habréis visto nunca a un perro rascarse el lomo sobre el hielo, pues os adjunto una exclusiva. Este paseo a la luz tímida de la mañana temprana habría justificado un día completo, pero sólo era el comienzo.
A las diez hemos salido de excursión en tres furgonetas 4×4 por el hielo, la isla de Olkhon tiene unos 60 km de larga y el poblado en el que estamos se encuentra a la mitad. Haciendo varias paradas en la costa hemos ido con las furgonetas por el hielo hasta el extremo norte de la isla, donde hemos comido en los vehículos unos sandwichs y pescado del Baikal, hasta el té que no tomo nunca me ha sabido bueno, y sobre todo caliente.
En el lago Baikal, todo es posible, los vehículos, y también las personas cuando se da el caso, deben buscar con cuidado por donde atravesar las minicordilleras de hielo formadas por las olas que quedaron congeladas en pleno salto. Puedes descubrir un manantial en sus orillas que abre el hielo formando una pequeña laguna y donde los buriatos que son shamanistas y budistas improvisan un altar en una sencilla roca y tras lavarse en sus aguas depositan ofrendas en forma de pequeñas monedas o colillas de cigarrillos. Puedes encontrar aves carroñeras alimentándose del cadáver de algún tipo de cérvido joven que debió perderse en el hielo. Puedes observar abetos de apenas un metro plantados en mitad del hielo a modo de balizas. Y lo más insólito que he visto, una pareja de ciclistas que transportaban sus pertenencias en unos minitrineos y avanzaban hacia el norte por el centro del canal que separa la isla de tierra firme, y que en esta zona no debe tener menos de 15 km, y sin un sólo destino previsible a un alcance razonable.
El Baikal por si todo eso fuera poco también habla, yo no entiendo todavía su idioma, pero habla si permaneces en silencio sobre su hielo no tardarás en oír murmullos y en ocasiones sonidos más altos, es el hielo que cruje, se despereza, se rasca y avisa que está aquí de paso.
Por cierto el Baikal se suele helar entre enero y febrero y permanece así hasta mayo, dicen que suele helarse en una sola noche y que la causa es un viento frío que congela sus aguas a su paso, dejando líneas completas de crestas de olas convertidas en bloques de hielo, ver una de sus playas con una inmensa ola que quedó congelada al alcanzar tierra es un espectáculo inolvidable.
Hay un bonito relato de ciencia ficción escrito por unos autores rusos, los hermanos Strugavsky, no garantizo el nombre al ciento por ciento, en el que unos viajeros espaciales perdidos envían un mensaje que llega incompleto, en el se habla de un planeta maravilloso, ideal para vivir, de aguas claras y paisajes bellísimos, que ofrece todo aquello que la vida necesita inmediatamente se desencadena la búsqueda de los viajeros, pero sobre todo de ese planeta que nadie conoce, tras muchos incidentes aparece la nave perdida y el mensaje completo, el planeta que los viajeros describían era el que ellos añoraban después de tantos años perdidos en el espacio, la tierra.
El lago Baikal, no es ese sitio ideal para vivir, su frío puede ser mortífero, pero contemplarlo y sentirlo bajo los pies produce sensaciones inigualables y puede que sea una de las expresiones más singulares de este planeta que tanto nos ofrece.
Nota posterior:
Cuando ya desesperaba de poder colgar alguna crónica desde la isla he encontrado un muchacho ruso que me ha facilitado acceso a su ordenador, así que deprisa y corriendo he colgado como he podido estas dos crónicas, mañana cogemos el tren para Mongolia donde dormiremos en una yurta y de allí hacia China, así que no se cuando podré colgar más cosas.
Espera ver esas fotos, me imagina algo así en esta epoca del año. Son preciosas y tú pareces un «pingüinillo»
Me alegro por tí que estás viendo un lugar maravilloso, yo me conformaré con las fotos y tus crónicas.
Disfrutalo «tope» , es reconfortante ver que quedan lugares como ese, cuando pasamos la mayor parte de nuestras vidas
contemplando ladrillos y hormigón.
Besos
Me reconforta ver tu crónica, y más cuando estoy realizando una de esas apasionantes tareas cual es cuadrar una factura al céntimo y como bien dice Concha, rodeado de ladrillos y hormigón. Pero pronto estaré en Mongolia y despues llegaremos a la China!
Gracias viajero
¡¡esto es una pasada,para mi es lo mas chulo hasta ahora,me recuerda un poco a cuando se congelaba 2cm la laguna de mi pueblo y queriamos andar por ella y se nos undia el pie en el agua.Muchos besos y sigue enseñandonos el mundo asi de bien
Te ha gustado el lago?….
Tío, primero leo tu cronica y despues miro las fotos y en esta ocasión las fotos me han defraudado. El paisaje es mucho más bonito en tu descripción que lo que las fotos son capaces de mostrar. Controla tu pasión, que la vuelcas en la escritura y tantas cosas bonitas al mismo tiempo nos puede saturar…
Un saludo
No lo detalles tan interesante, no sea que algun promotor vaya a urbanizarlo.
Como dice mi hermana, pareces un pingüinillo muerto de frío,
pero lo que estás viendo en vivo y en directo, bien vale la pena pasar frío y lo que sea; es precioso, y por tu manera de expresarte se ve que lo estás pasando en grande, la verdad es que es una buena aventura. Esperamos tus crónicas y tus fotos desde la misteriosa China, pues es de esperar que aún le quede algo de misterio. Pienso lo que habría dado Marco Polo por vivir en la época de Internet.
Cuidate del frío y de los compañeros de viajes brocas.
una abrazo
Si no fuera por tu comentario sobre las olas congeladas se diria que es hielo que ha bajado de los pequeños acantilados. Me sentiría raro caminando sobre el hielo, pero como no habría otra opción, debería hacer como tú. Entiendo tus sensaciones y la verdad es que debe haberte inmpresionado mucho lo
que estás viendo para colgar tantas fotos y hacernos partícipes de tus experiencias recurriendo incluso al ordenador de un muchacho generoso, aunque igual te ha costado alguna monedilla.
He agrandado las fotos y veo que estás cambiando de físico. Se te está poniendo una cara entre Boris Yeltsin i tío Vania que te veo agarrado al vodka a tu regreso.
Repito que es de agradecer que esperes a la mínima para enviarnos las imágenes que te impresionan.
Me alegro que te lo estés pasando tan bien.
Un abrazo.
Soy Miguel, hermano de cocha.
Aquí también estamos siguiendo tu viaje. Nos alegramos mucho de que estés disfrutándolo.
Por lo que cuentas tiene que ser bonito, pero verlo tiene que serlo aún mas.
Cuidados con los bebedores de alcohol a ver si un día van a arder como antorchas.
Deseamos que sigas disfrutando de todo el viaje que aun te queda. Nosotros iremos leyendo tus crónicas y viviéndolas contigo.
Ata el pasaporte y tira de la cuerda cuando lo eches en falta
Besos y abrazos, Mari Carmen, Javi, Marc y Miguel
¿Magia en el lago Baikal? Barcos prisioneros por el hielo (Endurance), Viajeros del OZ-Bus (su tripulación) y hasta perros, sólo faltan los trineos.
No cabe duda de que, salvando las distancias, mi espíritu estaba allí.